El coronavirus: el ejemplo a seguir es Seúl. No Italia, no USA. Seúl.
Ruy Gonzalo Martinez Allende
Si se quiere comprender mejor lo que está pasando con la pandemia por coronavirus y lo que podría pasar, es razonable ver en la historia lo que ha pasado con otras situaciones análogas.
La más parecida es la epidemia por virus H1N1, otra neumonía viral, de transmisión respiratoria, una gripe.
En la ciudad de Buenos Aires durante 2009 se registraron 4542 casos y 204 muertes. El país entero tuvo 12.477 casos y 685 muertes. Considerando el período del 17 de Mayo al 29 de octubre.
Durante todo el período no hubo necesidad de medidas excepcionales, cierres de aeropuertos, restricciones a la movilidad individual, cancelación de actividades públicas, y mucho menos la abolición de las garantías constitucionales al derecho. Solamente durante el mes de julio, el gobierno decidió decretar el cierre de todos los establecimientos educativos. Vale recordar que en julio al menos 15 días corresponden al período de vacaciones de invierno.
El impacto de la pandemia fue considerablemente menor al causado anualmente por la gripe estacional, que oscila en 4000 muertos por año con una tasa de contagio de entre el 10 y el 20%.
Cabe decir que un estudio realizado tiempo después de finalizada la crisis demostró que más del 70% de la población analizada tenía anticuerpos contra el virus H1N1, es decir había estado infectada.
Hoy tenemos 19 casos, 1 muerto (mayor de 60 años, diabético insulino dependiente, insuficiente renal, es decir un paciente de alto riesgo) y ya se ha decretado la dictadura, al mejor estilo de la antigua Roma.
No creo que ese sea el modo correcto de abordar el problema. No creo que las medidas de aislamiento o restricción de la movilidad, cierre de escuelas etc puedan impedir la propagación del virus. El período de latencia es muy largo, 15 días y cualquiera que estuviera contaminado sería capaz de esparcir el virus de manera incontrolable. Sería sorprendente que no sucediera.
Es imposible paralizar un país, el mundo por mucho más que unos pocos días. La situación personal de mucha gente es insostenible. La gente necesita comprar alimentos, medicación, trabajar para ganar su sustento. Los impuestos siguen llegando.
Las medidas restrictivas de la libertad pueden producir un daño infinitamente mayor al que habría producido la diseminación del coronavirus, cuya mortalidad en pacientes menores de 50 años es de alrededor del 0.2%. En el ínterin pacientes que necesitan atención por otras dolencias están viendo postergados sus tratamientos, algunos pacientes críticos inclusive. No tiene ningún sentido negar una cama en cuidados intensivos a alguien que cursa un infarto o a un joven atropellado por un camión, para reservarla a un potencial paciente afectado por coronavirus.
El país no está preparado para la emergencia. Las declaraciones del ministro de salud son una muestra inaceptable de su incompetencia. Las medidas adoptadas son absolutamente insuficientes. Los servicios hospitalarios carecen de instrucciones claras con respecto a la conducta en situaciones donde la cantidad de camas superara a los afectados y hubiera que elegir a quienes atender y a quienes no, a quienes dar una chance de vivir y a quienes condenar a una muerte segura.
Los pacientes de riesgo, ancianos, pacientes con comorbilidades graves, es decir con otras enfermedades severas que llegan a la insuficiencia respiratoria tienen casi nulas posibilidades de sobrevivir. Para ellos la prevención es fundamental. Y la mejor medida de prevención es el aislamiento.
Pero los viejos necesitan atención. A veces es alguien que les ayuda con las tareas del hogar, a veces es alguien que les pone una inyección, les hace un masaje, les ayuda con su higiene personal. A veces es simplemente alguien que lee en un asilo. Es imposible aislar completamente a los ancianos y muy probablemente no sea para nada deseable. Entonces, qué medidas se toman para la prevención en estos grupos de riesgo? Yo no veo ninguna.
Por el contrario, ahora se elevan voces de alarma que exigen el cierre de la escuelas. Donde irían los niños que no irían a la escuela? Quien los cuidaría? Pretenderíamos que los padres dejaran de trabajar? Los cuidarían los abuelos acaso?
Hasta dónde yo se, no se han registrado casos de muertes por coronavirus en menores de 9 años. Esos niños infectados sanos, no podrían entonces llevar la enfermedad a los abuelos? Cerrar las escuelas no tiene el menor sentido.
Tampoco he visto instrucciones clara con respecto a lo que debe hacer alguien que amanece con dolor de garganta, tos seca y fiebre. Me dirán que está por todos lados. Pues no, no lo está. No es la primera consulta que recibo al respecto de amigos en esa situación. Gente de clase media acomodada con formación universitaria.
Uno de los mejores lugares donde contagiarse una enfermedad transmisible por vía respiratoria es la sala de espera de los hospitales. Allí se concentran los enfermos, pero también los inmunocomprometidos, los débiles. Los pacientes sospechosos de padecer la infección no deberían ingresar al hospital, eventualmente deberían ser atendidos en unidades hospitalarias por fuera del hospital mismo. El hospital, los médicos, las instalaciones, deberían preservarse, protegerse, cuidarse. Porque, quien nos atenderá si mueren los médicos?.
Porque tampoco veo medidas de protección adecuadas para el personal sanitario. Ni adecuadas, ni de las otras. De hecho, me consta que la anomia es total. En algunos servicios hubo alguna conferencia explicando de que se trata la infección, pero poca cosa más. Pregunte si no me cree cuáles son las instrucciones para el manejo de triage si la situación superara la capacidad de atención de todos los pacientes.
Creo que el ejemplo a seguir es Seúl. No Italia, no USA. Seúl.
En Corea, cada episodio, gripe aviar, MERS, H1N1, etc se usó para aprender cómo proceder para proteger a la población sin producir daños adicionales, sin abolir el estado de derecho, haciendo partícipe a la población, dejando enseñanzas para todos. El resultado es que tras dos semanas y 7500 casos la tasa de contagios está bajando. No cerraron ningún aeropuerto ni tuvieron que llevar a juicio a nadie por desobedecer una cuarentena. El uso de la tecnología y la creatividad, más la disciplina consciente y ordenada, información fidedigna que se distribuye entre la población, autoridades confiables en las que la gente confía, y un irrestricto respeto al estado de derecho lo están haciendo posible.
En la Argentina invocamos la infalibilidad del estado, le pedimos que restrinja las libertades sin comprender que en esa restricción también están nuestras libertades, y encendemos una vela a Gilda y al gauchito Gil.
Si esto se pone pesado... que nos agarre confesados!